PALABRAS
CULTAS, POPULARES Y SEMICULTAS
De acuerdo
con su introducción, el romance castellano y su evolución a través del tiempo,
las palabras de origen latino pueden clasificarse en cultas, populares y
semicultas.
Las palabras
cultas llamadas también cultismos(proceden del latín culto), fueron introducidas
al castellano cuando éste ya estaba formado.
Generalmente
su modificación fue mínima y sólo en función de adaptarse a la pronunciación.
Ejemplo
Dominical
(dominicalis).
Artículo
(articulis)
Alma (ánima)
Las palabras
cultas o cultismos pasaron del latín culto al romance castellano ya formado,
sobre todo a partir del periodo preclásico (siglos XIV, XV y principios del XVI), son casi idénticos a
las correspondientes palabras latinas, pues sólo sufrieron los cambios
necesarios para adaptarse a las reglas gramaticales del español.
Las palabras
populares proceden del latín vulgar, han sufrido grandes cambios a través del
tiempo, fueron usadas siempre por el pueblo y eso las transformó.
Son aquellas
que procedentes del latín vulgar, se introdujeron al romance castellano desde
su formación, habiendo sufrido profundas modificaciones en su paso de un idioma
a otro y constituyen el objetivo fundamental de los estudios etimológicos y a
ellas nos referimos sobre todo en las etimologías latinas del español.
Hay además
un tercer grupo: las palabras semicultas, que son más recientes que las
populares y más antiguas que las cultas.
Con
frecuencia lo único que tienen en común las palabras cultas y populares, es el
origen, pues su pronunciación, escritura y significación suelen variar
considerablemente.
EJEMPLO DE
PALABRAS CULTAS Y POPULARES
LATÍN
CULTO
|
LATÍN
VULGAR
|
SIGNIFICADO
|
Domus
|
Casa
|
Casa
|
Eqqus
|
Caballus
|
Caballo
|
Vía
|
Caminus
|
Camino
|
Discere
|
Apprehendere
|
Aprender
|
Pugna
|
Batallia
|
Batalla
|
Os (oris)
|
Buca
|
Boca
|
Ludus
|
Jocus
|
Juego
|
Edere
|
Comedere
|
Comer
|
Pulcher
|
Formosus
|
Hermoso
|
Acus
|
Acúcula
|
Aguja
|
Auris
|
Aurícula
|
Oreja
|
Ovis
|
Ovícula
|
Oveja
|
Apis
|
Apícula
|
Abeja
|
Hiems
|
Ibernus
|
Invierno
|
Docere
|
Insignare
|
Enseñar
|
Taberna
|
Cabaña
|
Cabaña
|
Parvus
|
Pitinnus
|
Pequeño
|
Semen
|
Semículum
|
Semilla
|
Rota
|
Rotalla
|
Rodilla
|
PALABRAS
CULTAS
|
PALABRAS
POPULARES
|
Ánima
|
Alma
|
Décimo
|
Diezmo
|
Delicado
|
Delgado
|
Forma
|
Horma
|
Frígido
|
Frío
|
Íntegro
|
Entero
|
Laborar
|
Labrar
|
Legal
|
Leal
|
Limitar
|
Lindar
|
Lucro
|
Logro
|
Plano
|
Llano
|
Pleno
|
Lleno
|
Capital
|
Caudal
|
Filiación
|
Hijo
|
Cápita
|
Cabeza
|
Auscultar
|
Escuchar
|
Secular
|
Siglo
|
Insular
|
Isla
|
Flama
|
Llama
|
Operario
|
Obrero
|
Aurícula
|
Oreja
|
Amígdala
|
Almendra
|
Factura
|
Hechura
|
EJEMPLO DE VOCABULARIO CULTO Y POPULAR:
EL PÁRROCO (fragmento)
También le mostraron – como una reliquia – la piedra donde descansó el
gobernador cuando los visitó a raíz del desastre. Conservaban aún las cobijas
que él les había llevado. Habían llegado a pie saltando entre las rocas que el
alud había desplomado de los cerros, obstruyendo veredas y caminos.
Después de haber escuchado todos estos relatos, el párroco comió
frugalmente y prosiguió la ruta en dirección a Trojes. Lo acompañaban casi
todos los campesinos. Poco antes de llegar al Guayabo, le mostraron la cañada
jalisciense en donde el 10 de noviembre de 1866, se libró una batalla entre la gente
del patriota guerrillero Julio García y los franceses invasores de Alfredo
Berthelin. El Comisariado Ejidal relató la acción bélica.
HABLA SOCIOCULTURAL DE UN CAMPESINO
JALISCIENSE (fragmento)
Segur la créiban fácil los gringos cabrones, asegún me contó mi agüelo
Gabino, decían ellos que iban a quemar Trojes, Chinicuila y Calcoman y que no
volvían de güelta que hasta que no trajeran la cabeza de Julio García
arrastrando de la cola de una mula.
Pero Julio conocía todita la región como a la palma de su mano. Ansí que
afortinó a su gente en todas esas piedras y dejó pasar a los cabrones, quienes
muy quitados de la pena no se la olieron y cayeron en la trampa.
A descarga cerrada disparó julio desde aquella mojotera. Lueguito su
gente comenzó a sonarles desde aquí arriba. ¡Ey jupia de güeros! ¿Cómo corrían!
Nomás la polvadera se vía. Quisieron hacer fuego, porque lo que sea de cada
quien, traiban buenas armas, según eso astómicas, de esas que arropan a uno y
lo dejan puritito polvo, pero cuando los dejó Julio, les atizó duro y macizo
hasta que se los llevó la chingada, como venados linterniados caiban y caiban,
con los ojos ansina de pelados.